Nieve en una bola

Así que la gente lleva disfrutando de la bola de nieve más de 100 años. Despierta un gran entusiasmo, sobre todo en Japón y Estados Unidos. Dos mercados que Erwin Perzy II abrió en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. En la década de los 40, la bola de nieve incluso llegó a Hollywood. En la película de Orson Welles "Ciudadano Kane", aparecía una bola que representaba el hogar paterno cubierto de nieve y, por lo tanto, la nostalgia del personaje principal.

Ahora se pueden ver cientos de motivos en el museo que alberga la fábrica artesanal: edificios, comida, animales, muñecos de nieve y, por supuesto, ángeles, Papá Noel y árboles de Navidad. La ventisca de nieve transmite un mundo ideal y positivo, porque la nieve es sinónimo de purificación, silencio y paz, y desencadena en nosotros recuerdos de la infancia o sentimientos de melancolía.

En la empresa familiar situada en el distrito Hernals de Viena, siguen fabricándose a mano todas las bolas de nieve. Sin embargo, la nieve artificial de la bola ya no es de sémola. Se utilizó una mezcla de cera dura y polvo de magnesio durante un tiempo, pero no era resistente al calor. Erwin Perzy III no quiere desvelar cómo fabrican la nieve artificial ni de qué está hecha: "¡Eso es un secreto comercial! Ni siquiera mi hija, a quien le he traspasado el negocio, conoce la composición exacta de la nieve".

Pero hay algo que sí podemos desvelar: el agua de la bola de cristal es agua corriente del grifo de Viena. Y las figuras se fabrican ahora con una impresora 3D. Sabine Perzy, bisnieta del inventor, ha adaptado ahora los motivos a nuestra época, en la cuarta generación de la empresa. Ha encontrado un tema para la pandemia del coronavirus, que se ha convertido en un verdadero éxito de ventas: un rollo de papel higiénico rodeado de nieve, una alusión a la aparente escasez de este valioso producto durante el confinamiento.