Franz Liszt
Sobre la vida de un músico excepcional
Nacido en Raiding, Burgenland –entonces parte del Reino de Hungría– como hijo de un músico al servicio del príncipe Esterházy, Franz Liszt recibió apoyo desde muy joven. A los nueve años ya actuaba en público, y a los doce estudiaba con Carl Czerny y Antonio Salieri en Viena. Poco después, fue celebrado en París como “le petit Litz”, un niño prodigio con una presencia escénica extraordinaria.
Liszt se convirtió en una superestrella del siglo XIX. Su estilo expresivo, carisma y maestría técnica transformaron los conciertos modernos. Como compositor, fue un pionero: con poemas sinfónicos, estudios virtuosos, música sacra y obras orquestales, exploró continuamente los límites del arte musical. Su creatividad se refleja en más de 800 obras, como las Rapsodias húngaras, el Concierto para piano n.º 1, y sinfonías inspiradas en la literatura como la Fausto o la Dante, además de un amplio repertorio sacro en su etapa final.
Liszt fue también un hombre culto, multilingüe y profundamente espiritual. Leía filosofía, mantenía correspondencia con escritores como Victor Hugo, George Sand y Heinrich Heine, y consideró varias veces convertirse en sacerdote. En 1865 asumió el título de abate, vistiendo de negro y dedicándose a la música religiosa, como la Misa de coronación húngara.
Su vida transcurrió entre Viena, París, Ginebra, Weimar, Roma y Budapest. Además de su música, su vida personal fue intensa: marcada por romances, escándalos, viajes, enfermedades, rupturas y grandes amistades.
Franz Liszt murió en 1886 en Bayreuth de una neumonía. Dejó mucho más que un legado musical: fue una figura excepcional como artista, pensador y ser humano. Un visionario que no solo revolucionó el piano, sino que sigue influyendo en la vida musical europea hasta hoy.
Franz Liszt es considerado un niño prodigio musical: comenzó a tocar el piano a los seis años y a los nueve ofreció su primer concierto público.
Franz Liszt in allen Perspektiven
Tras las huellas de Franz Liszt
Cofundador del movimiento musical
La Nueva Escuela Alemana fue una corriente que promovía el progreso musical, la innovación y la conexión de la música con contenidos extramusicales. Surgió hacia 1850 en torno a Franz Liszt en Weimar y fue influida por compositores como Richard Wagner y Hector Berlioz. El término fue acuñado por el escritor musical Franz Brendel y buscaba definir la “música del futuro” como una nueva era tras Beethoven.
La primera estrella pop
El término describe un fenómeno del siglo XIX que convirtió a Franz Liszt en la primera estrella pop de la historia de la música. Fue acuñado en 1844 por Heinrich Heine, quien usó “Lisztomanía” para describir el entusiasmo extático del público: mujeres invadían el escenario, recogían mechones de su cabello y se desmayaban.
La Lisztomanía fue mucho más que admiración: fue euforia colectiva, furor mediático y reflejo de un cambio cultural. Con su melena alborotada, gestos dramáticos y conciertos cuidadosamente escenificados, Liszt revolucionó el formato del recital.
Artículos de fan, salas repletas y prensa entusiasta lo convirtieron en precursor de ídolos posteriores – desde la Beatlemanía hasta la cultura pop actual. El propio Liszt veía esta histeria con escepticismo y la calificaba de “patológica”.
Datos curiosos sobre Franz Liszt
Nueva interpretación
La ceramista Mia Kostyan crea tres elegantes platos de cerámica para el plato favorito del compositor y virtuoso del piano Franz Liszt: cabeza de ternera, sesos y ensalada. La interpretación culinaria corre a cargo del chef estrella Alain Weissgerber, del restaurante Taubenkobel.