Ludwig van Beethoven
Una vida entre rebelión, silencio y genialidad
Nacido en 1770 en Bonn, Ludwig van Beethoven fue considerado el culminador del Clasicismo vienés y al mismo tiempo un precursor del Romanticismo. Ya de joven se trasladó en 1792 a Viena, donde vivió hasta su muerte en 1827. Su música refleja los dramáticos cambios de su época: la Revolución Francesa, Napoleón, la Restauración. Las nueve sinfonías de Beethoven —sobre todo la Quinta, con su característico motivo inicial, y la Novena, con la "Oda a la Alegría" de Schiller— forman hoy parte del patrimonio cultural mundial.
Su vida estuvo marcada por contradicciones: fue un genio, obstinado, a menudo solitario. A pesar de quedarse sordo a una edad temprana, compuso contra el silencio. Beethoven quería “servir a la humanidad que sufre” con su música, y creó una obra que sigue conmoviendo profundamente hasta el día de hoy.
Algunos de los apartamentos en los que vivió el artista durante distintas etapas de su vida están hoy abiertos al público y ofrecen una visión de la vida y obra de esta gran personalidad. Pero también muchos otros lugares —principalmente en Viena y otros en el Bosque de Viena, en Baden y en Krems— recuerdan a Ludwig van Beethoven, el mundialmente famoso vienés por elección.
Beethovens Spuren und Spirit
Beethoven en Viena y sus residencias
Ludwig van Beethoven encontró en Viena su lugar de inspiración y residencia. Dos de sus viviendas aún pueden visitarse y conservan tesoros de su vida.
Una de ellas es la Casa Pasqualati, ubicada en el centro de Viena, en la esquina de Mölkerbastei y Schreyvogelgasse. Allí vivió Beethoven casi ocho años. El nombre de la casa proviene de Johann Baptist Freiherr von Pasqualati, un gran benefactor del compositor. En este lugar encontró la inspiración para su única ópera, Fidelio, y también escribió la delicada melodía de Für Elise.
El antiguo apartamento de Beethoven forma parte del Museo de Viena, donde los visitantes pueden conocer más sobre el artista y su obra en cinco salas diferentes.
Beethoven en Viena y sus residencias
En Probusgasse 6 se encuentra otra sede del Museo de Viena: el Museo Beethoven. En la época de Beethoven, esta zona del 19.º distrito de Viena aún era un suburbio, pero hoy es parte integral de la ciudad. Allí había un balneario donde Beethoven buscaba curarse o al menos aliviar su creciente sordera.
En los espacios convertidos en el Museo Beethoven, con más de 250 m², podéis adentraros en su vida a través de seis capítulos: Llegar, recuperarse, componer, ganar, interpretar y legar. Cada capítulo muestra un aspecto del artista y una parte de su antigua residencia. En 1802, Beethoven escribió aquí su “Testamento de Heiligenstadt”, impulsado por el miedo a quedarse sordo. Sin embargo, nunca envió estas “últimas” palabras a sus hermanos. También aquí terminó su Tercera Sinfonía, la Eroica, y más tarde trabajó en su obra más grande, la Novena Sinfonía.
Descubrir las residencias de Beethoven
4 datos musicales sorprendentes sobre Ludwig van Beethoven
El Viena de Beethoven
La cúpula dorada de la Secesión es visible desde lejos: cuanto más cerca se está del edificio, más atrae esta icónica obra arquitectónica del modernismo. En la fachada se lee: "Al arte su libertad. Al tiempo su arte". Desde su fundación por artistas de la Viena moderna como Gustav Klimt, Josef Hoffmann y otros, la Secesión es un destacado espacio para exposiciones de arte.
n este edificio único se encuentra el Friso Beethoven. Esta obra de arte de 34 x 2 metros fue creada en 1902 por Gustav Klimt como homenaje a Beethoven, con motivo del 75º aniversario de su muerte. Representa visualmente la interpretación de Richard Wagner sobre la Novena Sinfonía de Beethoven: la búsqueda humana de la felicidad. Originalmente, el friso de tres partes era una decoración para la exposición del aniversario. Tras varios cambios, pasó a ser propiedad de Austria y desde 1986 se exhibe nuevamente en la Secesión como préstamo permanente del Belvedere.
Vivir a Beethoven en el museo
El amor natural de Beethoven
Beethoven fue un apasionado amante de la naturaleza. Muchas de sus ideas musicales surgieron durante largas caminatas por los bosques alrededor de Viena. Su Sexta Sinfonía, la “Pastoral”, refleja maravillosamente este amor por la naturaleza. En cinco movimientos describe escenas como el despertar de sentimientos alegres en el campo, un arroyo murmurante, una tormenta y la alegría posterior. Beethoven no la veía como una simple imitación, sino como una expresión de las emociones que la naturaleza despierta.
Su profunda conexión con la naturaleza fue una fuente inagotable de inspiración para su música. Hoy, diversas rutas y senderos recuerdan al artista.