Bad Ischl: La Capital Cultural del Salzkammergut
Bad Ischl, ubicada en el corazón de la región de Salzkammergut, es una ciudad imperial, una ciudad balneario y Capital Europea de la Cultura. La fusión de arquitectura, cultura y tradición refleja la historia y diversidad artística de la ciudad con visión hacia el futuro.
Arquitectura en Bad Ischl
La arquitectura de Bad Ischl se caracteriza por una mezcla de edificios históricos, arquitectura tradicional alpina e influencias de distintas épocas. La ciudad a orillas del Traunsee se considera la cuna del veraneo. Al emperador Francisco José I y a la emperatriz Sisi les siguieron muchos imitadores: primero la alta nobleza, luego los ricos barones industriales y, por último, las clases medias.
Surgieron hoteles, cafés, casinos y paseos a los que acudían celebridades austriacas y curiosos de toda Europa. Además, muchos artistas como Anton Bruckner, Johannes Brahms y Franz Lehár descubrieron la magia del ocio estival en el campo. Con el tiempo, estos veraneantes decidieron construir fabulosas villas, las cuales aún hoy en día caracterizan el paisaje urbano.
Aspectos arquitectónicos destacados
Acontecimientos destacados
Veraneo en Salzkammergut
¿Cómo empezó todo?
Todo comenzó con el emperador. Después de mucho tiempo sin hijos, sus padres viajaron a Ischl en busca de curación, sumergiéndose en las aguas salinas terapéuticas. Fue poco después de este viaje que nació Francisco José, y debido a esa conexión con Ischl, pasaría 83 de sus 86 veranos en este lugar.
Y, evidentemente, un emperador nunca emprendía viajes en solitario. Con el paso del tiempo y el extenso reinado de Francisco José, el número de aquellos que le acompañaban en sus retiros estivales aumentaba. Llegó un punto en el que, prácticamente, media Viena partía en verano junto a él. "En Ischl siempre me ha parecido como si las montañas circundantes no fueran más que una especie de decoración colocada sobre la Ringstrasse vienesa", observó el escritor satírico Karl Kraus. Para entonces, la pequeña Ischl hacía tiempo que se había convertido en un balneario imperial.
Parece que el Emperador amaba Ischl sobre todo por su entorno. Quizá precisamente por eso abandonaba la ciudad por la mañana temprano, porque prefería estar en la montaña, disfrutando de las horas en las que -por una vez- nadie quería nada de él. El hecho de que todavía hoy haya más de mil cornamentas colgadas en las paredes de la Villa del Emperador tiene menos que ver con su deseo de disparar y más con la posibilidad de libertad que significaba para él cada salida de caza.
La villa Imperial de Bad Ischl tiene una arquitectura que, en muchos otros países, sería considerada como la de un palacio. El mobiliario sorprende por su ambiente acogedor; da la impresión de que los ocupantes de las habitaciones acaban de salir de excursión. Incluso el escritorio del estudio parece haber sido utilizado recientemente. Fue en este lugar donde el emperador redactó una vez el manifiesto "¡A mis pueblos!", el cual marcó el inicio de la guerra contra Serbia y se convertiría en una catástrofe europea.
4 curiosidades sobre Bad Ischl
Sabor auténtico de Bad Ischl
Franz Tausch - El original pan de jengibre de Bad Ischl
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