Juego limpio en el país de vacaciones Austria

Quienes logran conciliar su propio bienestar en casa con la responsabilidad ambiental, por lo general, también desean viajar de manera sostenible. El turismo sostenible implica ser inspirado y experimentar cosas hermosas, al mismo tiempo que se presta atención a la naturaleza, la protección del clima y una buena convivencia con las personas que viven en la región turística. Desde el placer de nadar en un lago hasta las vacaciones de invierno, desde comer en un restaurante hasta realizar una excursión cultural: viajar de manera sostenible significa minimizar la huella de carbono y vivir la sostenibilidad desde diferentes perspectivas:

Ecológicamente: Austria como destino turístico se encarga de mantener paisajes intactos y aguas limpias. Viajar de manera sostenible implica sumergirse en estos valiosos entornos naturales con respeto y consideración.

Económicamente: Austria utiliza energías renovables y tiene muchas otras buenas ideas para el clima. Quienes viajan de manera sostenible eligen alojamientos neutros en cuanto a emisiones de carbono o incluso positivos para el clima, y utilizan modos de movilidad suave en las regiones modelo de clima y energía.

Socialmente: Se fomenta la comprensión mutua y se sigue ampliando la accesibilidad y la inclusión.

• Se cocina de manera estacional.
• Se utilizan ingredientes locales.
• Los productos orgánicos y el origen justo de los productos son un distintivo de calidad.
• Se maneja el agua potable con conciencia.
• Se evita el desperdicio de alimentos.
• Los productos son adquiridos de productores locales y regionales.
• Se cultiva frutas y verduras en el lugar.
• Existe un plan para la reducción de residuos y el reciclaje.
• El personal se compromete apasionadamente con la sostenibilidad.

La protección de monumentos es protección del clima: cuando se revitalizan y cuidan objetos históricos en lugar de construir nuevos edificios, se utiliza menos material de construcción y se desperdicia menos agua potable. Además, se evita la generación de escombros de construcción y la adición de más áreas verdes valiosas a la urbanización. Muchos edificios históricos están hechos de materiales naturales provenientes de la región local. En caso de reparaciones adecuadas, se prefieren estos materiales de construcción regionales para preservar la autenticidad, lo que contribuye aún más a reducir la huella de carbono de CO₂. Además, se protege la diversidad de especies animales y vegetales. En términos ecológicos, la protección de monumentos es claramente el camino correcto.

La sostenibilidad socio-cultural y económica también juega un papel en la protección de monumentos, ya que la preservación de monumentos beneficia a toda la región, que puede cautivar a sus visitantes con edificios históricos. Y finalmente, la protección de monumentos también es beneficiosa desde un punto de vista económico, cuando se emplean artesanos locales de la región.