Tesoros de las montañas: agua de manantial vienesa

"La geología proporciona el 'recipiente' del agua subterránea, en el que se mueve, se almacena y se libera de nuevo. Austria tiene los Alpes, donde a menudo hay acuíferos en los que el agua puede penetrar y almacenarse". Este tipo de cuerpos rocosos con cavidades son ideales para la circulación de las aguas subterráneas. En la región prealpina, que comprende las regiones de Salzburgo y la Alta y la Baja Austria, y en el interior de los Alpes, también hay profundas cuencas en las que se han llenado enormes reservas de agua. Aquí se ha almacenado agua mineral bajo tierra desde hace miles de años.

¿Austria cuida bien sus recursos hídricos? "Es un ciclo constante", afirma el Dr. Schubert, "el agua se recrea y renueva constantemente. Y en la gestión del agua, se vigila con sumo cuidado que el nivel freático no descienda. El agua que circula para su uso es solo una pequeña fracción de lo que hay disponible". Un mensaje tranquilizador.

Puede que el agua de manantial de Viena no sea mundialmente famosa, pero sí lo es en toda Austria. Helada, pura, directamente desde las montañas y, como el Dr. Schubert certifica "de excelente sabor. No está ni muy poco ni demasiado mineralizada". Los estudios isotópicos muestran que una parte del agua se filtró durante la Edad de Hielo.

Hace unos 150 años, las cosas iban mal con el agua de Viena: el agua potable contaminada de los pozos domésticos provocó enfermedades y una elevada mortalidad en la ciudad. Eduard Suess, un espíritu aventurero, geólogo y político vienés del siglo XIX buscó una forma de abastecer de agua pura a la población urbana. Las fuentes debían encontrarse fuera del área de la ciudad para que pudieran canalizarse limpias hacia los hogares.

Suess finalmente encontró la solución en las mesetas alpinas, en el Schneeberg y el Rax en la Baja Austria. Con la cuenca hidrográfica intacta en lo alto de las montañas, se aseguraba de que el agua estuviera limpia.

Pero, ¿cómo podía canalizarse el agua a lo largo de los 100 km que separaban la montaña de la ciudad? Este visionario logró resolver este problema con un canal amurallado y 30 acueductos. El primer acueducto de agua de manantial alpina de Viena se inauguró justo a tiempo para la exposición mundial de 1873. En la actual plaza Schwarzenbergplatz, el agua de manantial brotó de la fuente por primera vez. A partir de entonces, los vieneses tuvieron a su disposición agua de manantial alpina limpia y de primera calidad procedente de las montañas. Incluso el propio emperador, Francisco José I, honró al científico en una carta por el desarrollo del acueducto, del que los vieneses "se benefician todos los días". El segundo acueducto le siguió en 1910 para reforzar el primero y, desde entonces, ha estado transportando el agua potable desde la región de Hochschwab, Estiria, una región igual de prístina.